miércoles, 30 de enero de 2008

¿Debería permitirse el divorcio?

POR la proporción de 3 contra 2, en junio de 1986 los votantes de la República de Irlanda mantuvieron proscrito el divorcio en ese país. Esto hizo de aquella república el único país de Europa occidental donde el divorcio todavía es ilegal.

Esto muestra que, a pesar de la oleada de actitudes y pensamientos liberales, el pasado todavía influye mucho en lo que piensa la mayoría de la gente sobre la cuestión del divorcio que tiende a agitar las emociones. Factores de raza, educación y ambiente social desempeñan su papel. Pero, sobre todo, el factor singular más importante es la religión o la falta de religión.

¿Qué piensa usted del divorcio? Si para una pareja casada el vivir juntos es causa de sufrimiento por obvia incompatibilidad, ¿debería permitirse que pusieran fin a su sufrimiento mediante el divorcio? ¿Cómo contestaría usted esa pregunta? Más importante aún, ¿qué base tendría para su respuesta?

Puntos de vista variados y en conflicto
Para los millones de personas que se adhieren a las normas católicas romanas, sencillamente no hay divorcio. "En el matrimonio cristiano —explica The Catholic Encyclopedia—, jamás puede haber divorcio absoluto [con derecho a contraer nuevas nupcias], por lo menos después que el matrimonio se ha consumado." Sin embargo, con ciertas condiciones la Iglesia Católica Romana otorga anulación, y muchos aprovechan este procedimiento. Por ejemplo, en abril de 1986 el periódico estadounidense The Denver Post informó: "Los católicos locales están pidiendo tantas anulaciones de matrimonios que la archidiócesis de Denver piensa invertir 250.000 dólares (E.U.A.) en más personal y una computadora para encargarse de la tarea". El informe añadió que "en la archidiócesis de Denver hay un atraso de tres años que afecta a 700 casos de anulación".
Por todo el mundo, protestantes de centenares de confesiones religiosas tienen que lidiar con muchísimas leyes eclesiásticas y reglamentos sobre el divorcio. Sin embargo, por lo general las autoridades protestantes no permiten el divorcio sino por razones graves. Pero lo que se considera grave puede variar mucho de una iglesia a otra. Se suelen aceptar ofensas como adulterio, crueldad y abandono, pero de ninguna manera son estas las únicas. Algunas confesiones religiosas ahora tienen ceremonias y servicios de divorcio, con el acompañamiento de himnos y oraciones como se hace en las bodas. En una ceremonia de ese tipo "se anulan los votos matrimoniales. La pareja entrega sus anillos de bodas al ministro. El servicio termina cuando el ministro pronuncia disuelto el matrimonio y la pareja se da la mano", informa el periódico The New York Times.

Los judíos tienen una tradición sostenida por tribunales religiosos. Las leyes rabínicas permiten el divorcio por convenio mutuo de los cónyuges o por razón de defectos físicos o conducta intolerable. Sin embargo, solamente se considera legal el divorcio cuando el esposo otorga un certificado de divorcio, y esto puede dar lugar a contiendas. Por resentimiento, puede ser que algunos esposos rehúsen otorgarlo, o quizás lo usen como medio de conseguir algo que desean. "Este problema ha dejado a miles de judías devotas en un doloroso limbo marital", dijo Andrew Stein, presidente del Concejo de la ciudad de Nueva York, en una reunión de rabinos, abogados y otras personas. En el moderno Estado de Israel se considera ilegal un nuevo casamiento de la mujer si no tiene el certificado de divorcio, y la prole, si hay alguna, adquiere la mala fama de bastarda.

En cuanto a los incrédulos y ateos, quienes supuestamente se rigen por las leyes del país donde viven, ni en su caso es sencilla la cuestión. Esto se debe a que la legislación sobre el divorcio difiere de país en país y hasta de sector en sector dentro del mismo país. Cierta autoridad alista unas 50 bases para el divorcio legal en diversas partes de los Estados Unidos. Entre estas están: "comportamiento sumamente indeseable e iniquidad", "ninguna probabilidad razonable de que el matrimonio pueda conservarse" y "negativa de la esposa a trasladarse a este estado con su esposo". Hace poco se eliminó hasta el último vestigio de un sentido de lo correcto y lo incorrecto por un tipo de divorcio que no reconoce culpas.


Todavía la situación confunde
Aunque se dice que muchas de estas leyes y reglamentos variados y contradictorios sobre el divorcio se basan en la Biblia, ¿han hecho más firme la institución del matrimonio o promovido la felicidad humana? La creciente cantidad de divorcios —en algunos países, de cada dos matrimonios uno termina en divorcio— da la respuesta clara. Estas leyes no solo no han podido fortalecer el vínculo marital, sino que también han aumentado el dolor y el sufrimiento en la vida de millones de personas.